Si una tarde de domingo os animáis a hacer el paseo típico de un bermeano, es decir, caminar el kilómetro y medio (entre ida y vuelta) que tiene el rompeolas, os encontraréis con una curiosa inquilina que señala hacia el norte, hacia el mar, imperturbable. Su nombre es Xixili y allá por el 1980, decidió sentarse a peinar su pelo en uno de los muelles.
Sirenas y lamias
Desde luego, veréis a Xixili en todo su esplendor si entráis en barco al puerto de Bermeo: os saludará un ser que es mujer de cintura para arriba y pez de cintura para abajo. Además, es un ejemplo de la mitología vasca porque, si os fijáis bien, aunque desde la distancia será complicado, la cola de Xixili termina en dos pies de pato. Esta característica es propia de las lamias, que se diferencian en ese detalle de las míticas sirenas. Además, si miráis atentamente, os daréis cuenta de que el pedestal sobre el que está tiene la forma de de tres cabezas de pescadores con la boca muy abierta, ahora os contamos por qué.
Las leyendas entorno a las lamias de Urdaibai
Ya os hemos hablado otras veces de las leyendas de esta zona y de como estos personajes son protagonistas de muchas de ellas. Xixili está colocada justo debajo de Lamiaran, en Lamerapunte. Esa zona, entre Bermeo y Mundaka, era conocida por ser el lugar donde vivían las brujas y lamias.
Cuando hablamos de sirenas o de lamias, olvidad por un momento las películas de Disney donde todo es de color de rosa, nuestras lamias tienen un carácter… digamos que más fuerte. Rondan por Urdaibai muchas historias y leyendas, la mayoría sin final feliz, ya que las lamias eran famosas por atraer a los pescadores con sus canciones y llevarlos hasta Ogoño para ahogarlos.
Vale, quizá no son los seres más majos de la zona, pero en la mitología ¿quién lo es? Quizá con la próxima leyenda, les cojáis algo más de cariño. Cuentan que un pescador, mientras trabajaba, encontró a una lamia que estaba herida. Pensó que no era plan de llevarla al pueblo (suponemos que no la hubiesen recibido con buen rollo) así que decidió esconderla en Izaro y curarla. Cuando se recuperó, se convirtió en su ayudanta consiguiéndole la mejor pesca. Como pasa en todo cuento que se precie, se enamoraron. El final deja poco margen de sorpresa, ella consiguió convertirse en mujer, se casaron, vivieron felices y comieron perdices.
Las lamias en las fiestas: Xixili y los aratustes de Mundaka
Además de las leyendas que os hemos contado, si os acercáis a algunas de las fiestas de Urdaibai, además de pasarlo pipa, encontraréis referencias a estos personajes.
Xixili, la reina de las fiestas de Bermeo
El día del chupinazo, a parte del alcalde/alcaldesa, en el balcón encontraréis a un personaje con una larga melena rubia y el uniforme propio de las fiestas de Bermeo. Esta figura de Xixili se pasea durante toda la semana de fiestas por los diferentes eventos. Es muy típico arrancarle un pelo (que está formado por tiras de lana) y llevarlo atado a la muñeca, pero en los últimos años, para no dejar calva a la pobre lamia, se reparten trocitos de lana para saciar las ansias de melena rubia.
Lamiak, las sirenas de Mundaka
Las lamias son las protagonistas femeninas de los aratustes de Mundaka, unos carnavales muy especiales de los que os hablamos hace un tiempo en este post. Hace algo más de 40 años un grupo de mujeres decidió crear esta nueva tradición tomando como referencia este ser mitológico y el resultado ¡es una pasada!
José Luis Butron, el escultor que modeló a Xixili
El creador de esta escultura lo encontramos a poco más de 40km, es el Getxotarra de adopción José Luís Butron. Haciendo un resumen rápido (y dejándonos seguramente muchísimas cosas), Butron estudió en Bilbao y en la Escuela de Artes de Barcelona, donde su profesor fue Josep Clarà, discípulo de Rodin. De vuelta, trabajó en la fábrica de cerámica industrial al mismo tiempo que Oteiza, que era el encargado. Podemos decir que este hombre es un apasionado de su trabajo porque, además de hablar con mucho amor de cada una de sus piezas, su obra es extensisisima.
“es como decir a cual de tus hijos quieres más, cada vez que terminaba una obra, me daba pena venderla…”
Una bonita curiosidad en el caso de Xixili, es que José Luís quería que la figura tuviera una cara de la zona, así que cogió como modelo a una bermeana que, por lo que sabemos, está muy orgullosa de haberlo sido.
El punto más negativo de esta historia es que nuestra Xixili está bastante abandonada y se ha ido deteriorando con el tiempo. Os dejamos un vídeo que hizo en 2015 la plataforma electoral Guzan porque, dejando a un lado la política, nos parece que es muy interesante escuchar hablar a José Luis Butron.
Cada obra esconde una historia o, como en este caso, muchas. Os animamos a que echéis a andar por el rompeolas de Bermeo y la podáis saludar, aunque sea de lejos. Y a los que ya la conocéis, estamos seguras de que ahora no la miraréis de la misma forma.
Itzela!