Urdaibai está llena de ermitas, y no hay más que mirar hacia las cimas de los montes que rodean el estuario para darse cuenta de ello. Dejando a un lado a las que coronan las montañas, diríamos que Santa Catalina tiene el honor, junto a la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, y alejándonos un poco, la de San Telmo en Zumaia, de pertenecer al Top 3 de ermitas más hermosas de la Costa Vasca.
Su belleza es indiscutible ¿o será que tenemos una opinión demasiado subjetiva? De todas formas, dejamos que lo juzguéis vosotros mismos.
La Ermita
La ermita de Santa Katalina (o Santa Catalina) la podremos ver si nos acercamos a la península que lleva el mismo nombre, caminando unos minutos desde el centro de Mundaka. Está en un pequeño montecillo frente al mar y su ubicación es privilegiada, no solo por las impresionantes vistas, sino porque es un punto estratégico para vigilar todo lo que se cuece en la entrada al estuario ¡incluso a los surfistas que se atreven con la barra de Mundaka! También es un sitio perfecto para arreglar el mundo mirando a Izaro o al peñón de Ogoño.
El edificio deslumbra por su altura, en comparación con lo pequeña que es y, a nosotras al menos, por su espadaña: el huequito por donde se cuela la única campana que tiene. El acceso a la parte trasera, una zona perfecta para ver el mar, se puede hacer por sus dos costados, pero la mejor sin duda es pasando por el romántico arco veréis justo a su derecha.
A pesar de que ha tenido muchas transformaciones durante su vida, sigue manteniendo un estilo entre el gótico y el renacimiento. No somos especialistas en arquitectura pero os damos una pequeña aportación en forma de fotos.
Un poco de historia
La ermita que vemos hoy en día no es la que en el siglo XVI conocieron los habitantes de Mundaka; la original era más pequeña y estaba junto a las ruinas de un fortín que había en la época de las guerras de la Convención, Napoleónicas y Carlistas. En 1857 un teólogo llamado Layburu, en las noticias eclesiásticas, hablaba del que la ermita estaba en mal estado, que sus muros eran demasiado frágiles para la fuerza de los vientos del norte y noroeste. La profecía de este señor se cumplíó y en 1879 se derrumbó, 6 años después, el 25 de noviembre de 1885 (guardad esta fecha), se construyó una nueva con el sudor y esfuerzo de los vecinos de Mundaka. Desde entonces, la ermita se ha empeñado en auto-destruirse, la última vez en 1979.
Durante su historia, ha tenido diferentes usos, por ejemplo, como lugar de reunión de la cofradía de pescadores, para acoger (o apartar) a los enfermos de epidemias o como polvorín para proveer de munición a la fortificación que en su momento había cerquita.
Festivales y festividades en Santa Catalina
Hoy en día, la ermita no se dedica a nada de todo lo anterior y la verdad es que se utiliza bastante poco, eso sí, el lugar donde se encuentra, rodeada de campas verdes aireadas por los vientos marinos, da para muchas actividades.
Día de Santa Katalina
Ya os decíamos antes que guardarais la fecha del 25 de noviembre, porque es la festividad de la patrona de Mundaka, Santa Katalina. Si os acercáis en ese momento podréis picotear el famoso pack de vino y galleta ¿Qué detalle, no? También hay romería en la plazuela de la ermita y después, todos bailando, se van hacia la plaza de Mundaka. Además, cada año se programan diferentes actividades, como concursos de bacalao al pil-pil y conciertos. Aquí irán actualizando información para la siguiente edición.
Mundaka Festival
Y de festividades, a festivales. El Mundaka Festival, con su quinta edición ya casi a las espaldas, se celebra también en este paradisíaco enclave. Si sois amantes de la música y os va el salseo festivalero, tenéis una cita con Santa Katalina el último finde de Julio. De momento no hay grupos confirmados, pero estad atentos, que nos han visitado artistas como Loquillo, Mando Diao, Belako, Bunbury… Aquí os dejamos nuestra experiencia en la tercera edición.
¿Picnic, Yoga, un baño?
No todo va a ser fiesta, uno de los mejores planes que se puede hacer es disfrutar del relax y el buen ambiente, así es como a nosotras más nos gusta aprovechar este espacio:
Un picoteo en el paraíso
Aunque nosotras lo hemos hecho menos de lo que nos gustaría, es el plan perfecto para una tarde de verano: organizarse con tiempo (y coger sitio) y disfrutar en familia, amigos o con quien sea de un relajante picoteo frente al mar ¿nada mal, verdad? Aunque solo hay tres mesas como merendero, la hierba mullidita también es una buena opción (un picnic más auténtico).
Relajar cuerpo y mente
No podíamos imaginar un lugar más apropiado para practicar yoga al aire libre. En el momento en el que conocimos a Veronika Blanar, descubrimos no solo lo bien que nos sentaba el yoga, sino que era aún mejor cuando el sonido relajante del mar no viene de un altavoz ¡sino que es en directo!
Y si hace bueno (o no) al agua patos
Si estamos en la península y nos dirigimos hacía el pueblo pegaditos a la línea de costa, podemos pegarnos un chapuzón bien refrescante desde uno de los muelles del puerto. En caso de que la mar esté en calma, otra opción son las rocas que hay justo en la parte izquierda de la ermita. Cualquier opción es buena para despejarse del calor abrasador del verano en Euskadi (nótese la ironía). Como dato curioso, deciros que por algún lado entre esas rocas se esconden las famosas Lumaquelas de Mundaka, prueba de que en algún momento Urdaibai se encontraba sumergida bajo el mar, y que además tenía un clima tropical (quién lo pillara).
Como siempre, esperamos que os haya resultado interesante y, si conocéis algún dato más sobre la Ermita de Santa Catalina y el lugar donde se encuentra, estaremos deseosas de enterarnos leyendo vuestros comentarios.
Fuentes: Urdaibai.org, Mundaka Turismo y Zaindezagunurdaibai
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