Una ruta por la villa marinera para conocer cómo los sucesos que ha ido viviendo a lo largo del tiempo han marcado su personalidad.
Ereñozar, al igual que Atxarre, se encuentra envuelto por un bosque de encinas, que lo hacen aún más mágico, creando pasillos de verdes paredes, difíciles de ser atravesados por la luz del sol. En la cima se encuentra la ermita, a unos 446,5 mts de altura, visible desde casi todos los puntos de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Y además de ser un punto espectacular para divisar la reserva, también cuenta con datos curiosos sobre nuestros antepasados.
La ermita, fue en otra época la parroquia de Ereño, construida en el siglo X por los campesinos dependientes de los señoríos de Bizkaia, hasta 1660 cuando se construyó la actual en el barrio Elejalde.
Y como no entendemos mucho de arquitectura religiosa (poco a poco iremos aprendiendo) aquí os dejamos datos sobre la ermita. Pero no solamente tuvo la ermita un uso religioso, y ahora en vez de arquitectas nos ponemos en modo historiadoras para contaros un cuento de castillo y batallas
En una época ya lejana, un señor llamado Alfonso XI contó historias sobre un castillo sin edad, rodeado por murallas, torres, carros y carretas. Una de esas historia habla sobre un cerco que sufrió el Castillo-Torre de Ereñozar en el año 1334. Resulta que un tal Pedro el Cruel (con ese nombre nada bueno podemos esperar) quiso tomar el castillo para así capturar al Conde Don Tello, por oponerse a la entrada del monarca castellano Alfonso XI al territorio, pero fracasó en el intento.
Aunque se desconoce de cuando es el castillo, se han encontrado restos, como una moneda acuñada en Toledo, durante el reinado de Alfonso I el Batallador que nos sitúa entre los años (1104-1134). Y no es de extrañar que allí se situara una fortificación, siendo una atalaya defensiva perfecta para aquella época de constantes combates y conquistas. Pero lo que sí se sabe es que en 1409, con las violentas luchas de bandos, el castillo fue destruido, sobreviviendo al desastre solo la ermita, reconstruida muchas veces a lo largo de la historia.
¿A que es divertido pensar que allí arriba alguna vez sucedieron cosas propias de las películas de la Edad Media? A veces no necesitamos viajar muy lejos para descubrir maravillosas historias de reyes y castillos.
En trabajos arqueológicos realizados en el 2008 y 2010 se descubrieron numerosos restos humanos, monedas medievales, lanzas, una espada, decoración de influencia pre-romana, dientes de animales e incluso moluscos. Y si queréis ir más allá y descubrir más en profundidad los secretos de Ereñozar, os dejámos un PDF con más información y este artículo.
Y como cualquier cuento que se precie, este tampoco se libra de las leyendas. Una de ellas habla de como San Miguel venció al diablo. De hecho, junto al camino de acceso a la ermita en unas rocas, hay unas marcas como de cortes, que se atribuyen a las huellas dejadas por el arcángel cuando este consiguió escapar de debajo de los piés de San Miguel. También hay otras relacionadas con curaciones, como que el agua que caía del tejado tenía propiedades curativas para las enfermedades de la piel, o incluso hay otras que relacionan los fuertes vientos que soplan en la cima con la necesidad de los muertos por peregrinar a la cima, por no poder hacerlo en vida, manifestando su presencia en forma de vientos huracanados.
Pero vamos al lío, que nos emocionamos y todavía nos queda contaros la ruta para dominar la cima. Hay dos maneras de llegar a ella:
Y tan fácil… una vez lleguéis a Ereño os encontraréis de frente con un edificio con plazas de parking. Giráis a la izquierda y tomáis la primera carretera a la derecha, donde veréis un cartel que indica por donde seguir para llegar a Ereñozar. Continuáis la carretera y todo para arriba (bastante empinado, por cierto) hasta llegar a un pequeño parking improvisado donde deberéis dejar el coche y continuar caminando unos 10-15 minutos por un empinado camino empedrado hasta llegar a la cima.
Aquí ya la cosa se pone más divertida. Tenéis que dejar el coche en Ereño y coger la misma carretera que os indicábamos arriba, pero esta vez hacerla andando, y todo para arriba. No hay más complicación, pero eso sí, preparaos para hacer mucha pierna, porque aunque en distancia no sea mucha y en tiempo quizás se tarde 1h , la pendiente puede llegar fácil al 10%.
Nosotras hicimos la ruta fácil, ya que nuestra intención era documentar el atardecer desde allí arriba, para hacer el post “Top 5 atardeceres en Urdaibai” y tenemos que reconocer que menos mal que tomamos esa decisión, ya que una de nosotras la noche anterior se lió un poquito y podía haber muerto en el intento de hacer la ruta “menos fácil” ;-p
Y con nuestra experiencia debemos de recomendaros que sea sobre las 19h-20h cuando subáis a visitar la ermita, y si además ya acompañáis la excursión con un pequeño picnic, sin duda es un plan ideal. Nosotras la idea la tomamos de unos chicos que estaban en ese plan, y nos dieron mucha envidia. Seguro que repetimos, pero esta vez con Txakoli y algunas delicias de Urdaibai.
¿Conocías la ermita? Nosotras conocerla si, pero nunca habíamos estado, y nos sorprendió gratamente, ya que la fama se la lleva siempre San Pedro Atxarre, y tenemos que decir que Ereñozar no tiene nada que envidiarle.
Contadnos si ya lo habéis visitado cómo fue la experiencia, y si lo habéis visitado tras leer este post, contadnos si os ha servido de ayuda o cualquier sugerencia que queráis hacernos.