No estamos de broma, ni exageramos, si os acercáis a Urdaibai y os gusta la arquitectura, no podéis perderos una visita a la iglesia de San Andrés, en Ibarrangelu. La llaman la Capilla Sixtina del Arte Vasco y, aunque desde fuera no lo parezca, en su interior esconde una auténtica obra de arte artesanal. Para muchos vecinos de Urdaibai es una gran desconocida, pero en ningún otro lugar encontraremos una bóveda de madera tan grande como esta. Eso sí, si la visitáis, os aconsejamos estirar bien el cuello, ya que vais a pasaros la mayor parte del tiempo mirando hacia arriba.
Antes de avanzar, queremos dar las gracias a Marian y a Nerea, que nos abrieron las puertas de este lugar. La pobre Marian acabó haciéndonos una visita guiada y respondiendo al montón de preguntas con las que la avasallamos 😛
Historia y parte exterior
Lo que más os llamará la atención al llegar, es la gran torre sobre la que os saludará una escultura del Sagrado Corazón. No os dejéis engañar, aunque la figura os parezca pequeña, ¡mide más de 5 metros y pesa 8 toneladas! Alrededor también tiene un bonito pórtico de piedra, con techo de madera.
Esta iglesia se construyó sobre otra medieval y, según hemos leído, en parte se pagó con la caza de ballenas, porque a la iglesia siempre se le reservaba ¡la lengua! Con el dinero que ganaba al vender esa parte del animal fue pagando la reconstrucción. No está hecha de cualquier forma, sino que, quien metió mano, sabía mucho de arquitectura y de las modas del momento.
El techo de madera más curioso que encontraréis
Una vez entréis y miréis hacia arriba, entenderéis por qué incluso el restaurador jefe de El Vaticano la llama La Capilla Sixtina del arte vasco.
La historia es curiosa porque, aunque se pintó en el siglo XVI, no fue hasta los años 80 cuando, al limpiarlo de suciedad y telarañas, descubrieron lo que había debajo: un enorme techo con 15 bóvedas estrelladas repletas de dibujos a color. Se apoya solo sobre cuatro arcos, que también están decorados, porque al artista anónimo no se le olvidó ni un solo detalle.
Todo está pintado sobre madera de esta zona (castaño y roble) y os preguntaréis por qué se hizo en madera. Hace 400 años estaba de moda hacer este tipo de diseños y se pintaban en los techos de las mayores catedrales de Europa, pero sobre piedra. Aquí se usó madera simplemente porque era más barata.
Si os fijáis bien, veréis que hay todo tipo de dibujos. La mayoría son símbolos cristianos, pero también los hay paganos: calaveras, caballeros, batallas, monstruos, etc. También veréis sin parar un escudo blanco y rojo, que es el de la cruz de San Andrés, y el número 1559, que es el año en el que se acabó de pintar. Mirad con detalle las bóvedas que están justo sobre el altar, dedicadas a Santiago, San Andrés y Santa María, porque son las que tienen más detalle. Es un lugar perfecto para jugar a encontrar figuras, así que nosotras os dejamos un reto: a ver si sois capaces de encontrar tres escudos, cada uno con el símbolo de un oficio.
Un órgano muy especial
Pero las maravillas de esta iglesia no terminan aquí. Si os dais la vuelta, sin dejar de mirar hacia arriba, encontraréis otro tesoro. Ibarrangelu es uno de los tres lugares de Europa en los que hay un órgano con piano-arpa (Navarra y Sevilla son los otros dos). Esto no quiere decir que allí mismo encontréis un arpa, sino que se trata de un órgano que tiene la opción de tocar con sonidos de piano de cola.
Entonces ¿por qué lo llaman piano-arpa? Es sencillamente porque el mecanismo del piano está en vertical y, a primera vista, se asemeja a un arpa. El Papa Pío X creó una ley que decía que, durante los funerales y en cuaresma, no se podía tocar el órgano; en este caso se añadió el registro de piano para poder tocar sin saltarse la norma. Se toca entre dos personas y cada año se hace un concierto, aunque no hemos tenido la suerte de asistir.
Otras obras que encontraréis en el interior
Además, si paseáis por el interior de San Andrés, habrá más detalles que os llamarán la atención. Fijaos sobre todo en la pila bautismal, ¿os suena el mármol con el que está hecha? Si habéis leído nuestro post sobre la cantera de Ereño os resultará familiar, porque está hecho precisamente con ese material que, por cierto, también está en El Vaticano 😉
La pieza más llamativa, a parte del techo, que lo eclipsa todo, es el retablo dorado de estilo rococó que veréis justo encima del altar. Es enorme y lleno de detalles, como por ejemplo una pequeña virgen gótica del siglo XIV; pero nosotras nos entretuvimos averiguando cuántos angelitos había ¡Os retamos a contarlos!
Y antes de marcharos, seguro que llama vuestra atención esta gran Piedad que hay a la salida. Del arquitecto Beascoa y el escultor Iñurria, se construyó, en honor a una mujer de la zona y fue un encargo de su familia.
Y para terminar, como sabemos que os gustan los vídeos, os dejamos este pequeño reportaje que emitió ETB, donde Miren Ayo lo explica todo fenomenal.
Fuentes: urdaibai.org y ayuntamiento de Ibarrangelu
Me encanta la iglesia tan preciosa esos techos, y ya es hora que se promociones, muchas personas no sabemos lo que tenemos a nuestros alrededores, gracias por enseñarnoslo
Gracias a ti Mentxu por escribirnos, nos da mucha energía para seguir trabajando 🙂
Gracias a las “chicas voladoras” por enseñarnos estos elementos que pasan desapercibidos para los propios de la zona. Eskerrik asko. El techo policromado es precioso y en muy buen estado de conservación. Habrá que visitarlo
Eskerrik asko. A nosotras nos sorprendió también en cuanto entramos por la puerta. ¡Cuántas cosas preciosas están ocultas en nuestros pueblos! Seguiremos investigando 🙂