Desde que empezamos con la aventura de Urdailife nos hemos dado cuenta de que, en realidad, apenas conocíamos el lugar en el que vivíamos. De hecho, estamos seguras de que todavía no conocemos ni la mitad de los tesoros que esconde la Reserva de Urdaibai.

Hoy os proponemos un viaje al pasado, antes de que empezara el calendario, a un lugar en el que vivieron nuestros ancestros: el Opidum Arrola o Castro de Arrola.

¿Qué es un Castro?

No os preocupéis, a nosotras nos sonaba tan poco como a vosotros este nombre.

Un castro es un recinto amurallado en el que vivía un grupo de personas. Una especie de pueblo con su propia organización, economía, jerarquías y su forma de construir, que es al final lo que ha perdurado hasta hoy en día, y que nos da pistas sobre cómo vivieron. Normalmente los castros se construían en lugares estratégicos, como sitios de paso, cerca de materias primas, como el agua o algún yacimiento de piedra.

Opidum Arrola, el castro más importante de Bizkaia

Tenemos la suerte de tener en Urdaibai el castro de la Edad del Hierro más grande de Bizkaia y el que mejor se conserva en Euskadi. Parece ser que fue uno de los poblados más importantes de Urdaibai en esa época, hasta que llegaron los romanos y lo monopolizaron todo.

Una de las cosas más importantes de nuestro castro es su muralla. Si vais, veréis que tiene unos 6 metros de altura pero se piensa que pudo ser incluso más alta. Tenía un sistema de entrada muy curioso que hacía que fuera más fácil proteger el poblado. Además, para asegurarlo al máximo, tenía un foso y una empalizada, una valla hecha con palos en la que a nadie le gustaría caer. Los arqueólogos piensan que tenía tres entradas, aunque sólo se conservan dos que, si lo visitáis, veréis claramente.

Sus habitantes eran sobretodo pastores y recolectores que, a veces, bajaban a la ría a pescar peces y moluscos. Las secciones que se ven delimitadas por los ladrillos, eran viviendas estrechas y alargadas, porque la vida se hacía en el exterior. Según han estudiado, el tejado, que seguramente estaba hecho de ramas y paja, tenía mucha inclinación, para que no entrara el agua; además, tenía una obertura a modo de chimenea para que saliera el humo. En la parte delantera había una entrada y, quizá, una pequeña ventana. Todo era bastante rudimentario y seguramente la vida no era para nada cómoda, pero cada uno tenía sus tareas y tampoco había demasiado tiempo para estar en casa, a parte de para dormir.

Un entorno privilegiado

Nosotras hemos estado en el Castro de Arrola dos veces.

La primera, en noviembre, subimos desde Nabarniz, por un camino lleno de árboles pintados con los colores del otoño. Sin querer, llegamos justo cuando atardecía y nos dimos cuenta de que teníamos que apuntar ese lugar en nuestra lista de las mejores puestas de sol de Urdaibai. La vista es impresionante, en un espacio tranquilo y alejado de cualquier sitio habitado, donde sientes que conectas con el pasado.

La segunda vez subimos con una excursión guiada desde Arratzu. En este caso nos acompañó Juan José Cepeda (arqueólogo que dirigió los trabajos en el Castro), que nos explicó con todo detalle, sobre el terreno, cómo habían sido los trabajos arqueológicos, cómo creen que vivían en ese poblado, cómo eran las construcciones, etc. Nos encontramos el Castro nevado, una imagen que no es tan fácil de ver. Hacía tanto frío que no paramos de pensar cómo podía ser que hubieran elegido un sitio tan abierto para vivir, en vez de hacerlo en un valle o en otra zona más refugiada. Nos contó Juan José que seguramente eligieron ese lugar por las vistas, y no por lo bonito, sino porque tenían una visión privilegiada de cualquiera que se acercara a ellos. Además, en poco más de una hora (con sus piernas, no con las nuestras que no están acostumbradas) podían plantarse en la ría en poco más de una hora.

El misterio de Gastiburu

A algo menos de un kilómetro, antes de llegar (subiendo desde Arratzu), veréis otra especie de Castro, que está vallado y sólo se puede ver desde el exterior. Hay un gran interrogante entorno a este lugar porque tiene una estructura única en toda Europa y nadie sabe decir exactamente para qué se utilizaba.

Popularmente se le llama Cavas de Gastiburu y se decía que era un sitio de brujas, de akelarres, aunque lo más probable es que fuera un lugar de reunión.

Está formado por cuatro construcciones, o lóbulos, que tienen forma de herradura y forman una especie de plaza en el centro. Estas estructuras tienen gradas con formas redondeadas, lo que da más pistas para pensar que era una especie de fórum. Se han encontrado símbolos y formas que hacen referencia a los cambios de estación, al clima o al movimiento del sol.

¿Cómo llegar al Castro de Arrola?

Desde Nabarniz

 

El camino más corto sale desde Nabarniz y es perfecto si venís con niños, personas mayores o no tenéis ganas de hacer una excursión larga. Para llegar, tendréis que salir en dirección al cementerio. Continuad por esa carretera dejando a mano derecha el cementerio y, después de una curva a la derecha, girad en el primer caserío que encontraréis a la izquierda. Tendréis que subir por ese camino durante unos diez minutos. Os recomendamos que no intentéis llegar hasta el mismo Castro con el coche porque nosotras lo probamos y tuvimos problemas (el camino es estrecho, lleno de gravilla, etc.). Lo mejor es que lo aparquéis a un lado, en la segunda bifurcación. Desde ahí tendréis 10 minutos andando por una pista sencilla que os llevará directos al Opidum Arrola. Y para acabar vuestra ruta, el plan perfecto es que os peguéis una buena comilona en el Aboitiz, en el mismo Nabarniz. (recorrido en Google Maps)

Desde Arratzu

 

Si queréis subir desde Arratzu, la caminata dura más o menos una hora. El camino es sencillo, aunque si ha llovido, en algunos puntos puede hacerse complicado para niños pequeños o personas que no tengan demasiada agilidad. Este recorrido tiene dos ventajas: por un lado pasaréis por Gastiburu (aunque está cerrado al público) y, por otro, podréis pasar antes por el centro de interpretación para conocer un poquito más del poblado y de la cultura celta(recorrido en Google Maps)

Centro de Interpretación de Arratzu

Como ya os hemos comentado, en Arratzu podéis encontrar el Centro de Interpretación del Castro de Arrola. No es más que una pequeña sala en el edificio de las antiguas escuelas, pero es una buena oportunidad para conocer la edad del hierro y cómo era el poblado de Arrola. Hay una maqueta de cómo podría ser una de las casas, su tejado, paredes, interior, etc. y paneles en los que se explica la forma en la que vivían, sus costumbres o su organización. Una visita muy recomendable antes de subir al Castro, para poderlo disfrutar más a fondo.

 

¿Conocíais este lugar? ¿Habéis visitado algún otro Castro en la península? ¡Estamos deseando conocer vuestras experiencias!

 

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