9 cosas que ver y hacer en la villa marinera de Bermeo

Si visitáis Urdaibai, seguro que en vuestros planes está hacer una visita a uno de sus pueblos más conocidos. ¿Queréis exprimir al máximo ese día? Además, ¿hace bueno, pero no sabéis dónde pegaros un chapuzón sin coger el coche? Quedaos, que os va a gustar lo que os contamos. 

Puerto de Bermeo desde la cofradía nueva

Descubre la villa marinera a través de nuestra visita guiada en Bermeo

Una ruta por la villa marinera para conocer cómo los sucesos que ha ido viviendo a lo largo del tiempo han marcado su personalidad.

Como residentes en Bermeo (una de nacimiento, la otra adoptada) os queremos traer los imprescindibles que recomendamos a cualquier amigo que se acerque a visitarnos. Quizá no todos los puntos aparecen en las guías sobre la reserva, pero son lugares que nos encantan y que creemos que no os deberíais perder. Y antes de que algún vecino nos riña: lo sabemos, nos dejamos muuuchos sitios, ¡pero la lista sería interminable! Así que aquí van los 9 indispensables, con cultura, naturaleza y algo de picar. ¿Nos acompañáis?

1. Tomar unos pintxos y recorrer el puerto viejo de Bermeo

Uno de los centros sociales para cualquier bermeano, reconocible en cualquier postal con sus casitas estrechas de colores. Si os acercáis durante el fin de semana, tenéis una cita obligatoria a media mañana en los bares del puerto: zuritos, txakolis y marianitos se mezclan con todo tipo de pintxos y las famosas rabas (¡ojo! Por lo general solo las podéis pedir los domingos). Coged sitio en una mesita y disfrutar de la brisa del mar y el ambientillo mientras os llenáis la barriga. Si lo que queréis luego es bajar los pintxos y estirar las piernas, a pocos metros os espera un rompeolas de algo menos de un kilómetro, que los fines de semana parece la Gran Vía, pero con semejantes vistas, ¡No nos extraña!

Algunos detalles de interés que podéis encontrar:

  • La fuente del siglo XVI en la que se veían los escudos de Bermeo y del Señorío de Bizkaia.
 
  • Esculturas de diversos artistas como la Ola (Olatua) de Nestor Basterretxea; Itzulera (el remero con el niño), de Castor Solano; Xixili, de Jose Luis Butron; o Azken Olatua, Azken Arnasa, de Enrike Zubia.

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2. Visitar el Casco Viejo de Bermeo y el Museo del Pescador

Desde el puerto, solo tendréis que tomar alguna de las escaleras que suben a la parte alta para llegar al Casco Viejo. Vigilando el puerto, desde lo alto, veréis la famosa Torre Ercilla, una construcción del siglo XV que hoy en día es el Museo del Pescadoruna parada interesantísima si queréis conocer un poco más el carácter marinero de la villa.

Si queréis descubrir esta zona de Bermeo de una forma diferente, os recomendamos TopaBermeo, una gincana al aire libre en la que pasaréis un rato muy entretenido en familia, en pareja, en cuadrilla o con vuestra mascota, también accesible si venís con cochecito de bebé o silla de ruedas. Es un juego cooperativo al que podéis jugar personas de cualquier edad porque cada cual tiene algo que aportar.

La parte urbana de Bermeo originariamente estaba delimitada por una muralla, de la que hoy en día solo queda una de sus siete puertas. Se la conoce como San Juan Portal (o arco de San Juan) y fijaos en el suelo porque encontraréis una pisada: se dice que es una de las tres pisadas que dio San Juan para llegar a Gaztelugatxe (era de zancada grande el hombre).

Prometemos hacer el recorrido entero y contaros más cositas. De momento nos quedamos con esta versión light, que también es importante conocer, ya que no todas podemos hacer rutas muy largas y sufriendo en esas pendientes que definen nuestra orografía. 

3. Pasear por el parque de la lamera

Y si hablábamos del Puerto Viejo de Bermeo como uno de los centros sociales del pueblo, el parque de la lamera no se queda atrás. De nuevo, las terrazas son el mejor plan en los días de sol y, si venís con niños, encontraréis varios espacios para que lo den todo.

Casino de Bermeo, en la actualidad y en las inundaciones que sufrió Bizkaia en 1983

El edificio que más llama la atención, sin duda, es el casino, construido en 1893. No os imaginéis timbas de póker o juegos de ruleta, porque se trata más bien de un lugar social. Además de la Asociación Sociedad Bermeana, hay espacio para un restaurante, dos bares-cafetería, una pequeña sala de cine y conferencias y una sala de exposiciones, entre otras cosas. Es uno de los edificios que sufrió las inundaciones de 1983 y tuvo que reconstruirse casi por completo.

Si dais un paseo por el parque, también encontraréis varias esculturas. Estamos seguras que la que más os llamará la atención es Euskal Kosmogonia de Nestor Basterretxea, justo frente al casino.

4. Entrar en el Claustro más antiguo de Bizkaia

Se fundó en el s.XIV por lo que es el convento más antiguo de Bizkaia (no lo decimos nosotras sino la web oficial de Gobierno Vasco), además es el único claustro gótico que se conserva en la provincia.  

Durante la historia ha tenido diferentes usos e incluso llegó a ser un mercado, pero hoy en día el conjunto está formado además de por el claustro, por la iglesia (muy curiosa, os recomendamos que echéis un vistazo) y el convento, que hace las funciones de residencia de la Iglesia. Está abierto al público de 7:00 a 13:00 y de 18:45 a 20:30 y tenéis mucha más información en un post que escribimos sobre él.

5. Tomar algo con las mejores vistas

Si hay otro lugar que no puede faltar en esta lista (y que nos apasiona), ese es la Tala. Como todo pueblo de la costa vasca que se precie, Bermeo también tiene una atalaya desde la que vigilar el horizonte y donde las familias esperaban a que llegaran los pescadores con el corazón en un puño.

Hoy en día el ambiente es bastante más relajado y los bermeanos se acercan aquí a echar una buena charla y tomar algo. Tiene una pequeña cantina, pero no os dejéis engañar por su tamaño, porque tan pronto os podéis encontrar una jornada gastronómica, como un concierto de rock.

Y si lo que buscáis es un lugar aún más tranquilo para desconectar, vuestro sitio es el Tonpon. Eso sí, no esperéis estar solos en un día soleado de verano, porque es una de las piscinas naturales más demandada. Desde este punto tendréis una vista privilegiada de Izaro y Ogoño, así que dejad la melena al viento (si la tenéis) y disfrutad de la brisa del mar cantábrico.

6. Un bañito en Aritzatxu

Bermeo no es un pueblo de grandes playas de arena, pero hay opciones de sobra para pegarse un buen chapuzón. Nuestra favorita, y la de muchos por aquí, es la cala de Aritzatxu.

El acceso no es apto para vagos, pero tampoco es un drama (así que no seáis quejicas cuando os toque subir). Para llegar, tenéis que tomar un camino que sale por la parte izquierda del cementerio y que discurre entre las huertas de algunos afortunados. Cuando lleguéis al final, se abrirá ante vosotros una vista preciosa de nuestra querida playita. En verano es uno de los centros neurálgicos y tendréis que ser rápidos si queréis coger el mejor sitio, siempre teniendo en cuenta la marea. Tenéis chiringuito, duchas, socorrista y un lugar espectacular para pegaros un buen baño ¿se puede pedir más?

7. Subir las 241 escaleras de San Juan de Gaztelugatxe

Una isla unida a tierra por una escalinata y coronada por una pequeña ermita, que en los últimos años se ha convertido en un icono de la costa vasca. Para bien o para mal, San Juan de Gaztelugatxe es el segundo lugar más visitado de Bizkaia, después del Guggenheim de Bilbao, pero más allá de la atracción turística, es un símbolo y un orgullo para cualquier bermeano.

Si queréis acercaros, sobre todo los fines de semana o en verano, comprobad si necesitáis reserva, ya que el último año se ha implantado un sistema de entradas para no sobrecargar a nuestra pequeña joya. Nuestra recomendación es que aprovechéis la primera hora de la mañana o la última de la tarde y, si es posible, vayáis entre semana. De ese modo podréis disfrutar mucho más a gusto. ¡Casi se nos olvida! Además de contar los 241 escalones, buscad las dos huellas de los pasos de San Juan 🙂

8. Ver la puesta de sol en faro Matxitxako

Antes de llegar a San Juan de Gaztelugatxe, hay un desvío que lleva a uno de nuestros lugares favoritos: cabo Matxitxako. Si tenéis tiempo, os aconsejamos que dejéis el coche al inicio del camino y hagáis la ruta, ya que tiene unos 5km. Os esperan unas increíbles vistas: a un lado, una perspectiva increíble de San Juan; al otro, en los días despejados, podéis llegar a ver la costa francesa.

Os llamará la atención encontrar dos faros, aunque solo uno de ellos está en funcionamiento. Nuestra recomendación es que os acerquéis justo antes de la puesta de sol. La luz en ese momento es impresionante y veréis el momento exacto en el que empieza a funcionar el faro. Además, no será raro que encontréis un grupo intentando avistar cetáceos con sus prismáticos u observando aves marinas, pero nuestro plan perfecto es llevar unas pizzas, algo de beber y disfrutar de la magia de este rincón de Urdaibai.

9. Sacar una buena panorámica de Bermeo

Y  si lo que queréis es ver la villa con perspectiva o llevaros una bonita postal, os recomendamos dos puntos desde donde tenéis unas de las mejores vistas.

Si cogéis la carretera que va a Bilbao, justo en el punto más alto, encontraréis el restaurante Cannon. En la parte de atrás tiene una zona de libre acceso con (para nosotras) la vista más genial de Bermeo. Pedid algo, sentaos en una de las mesas y disfrutad de lo que veis.

Otro de los lugares con una mejor panorámica de la zona urbana es un mirador que hay de camino a Mundaka. Solo tenéis que desviaros a la izquierda justo cuando salgáis del pueblo. Allí podréis sentaros, despejar la cabeza y arreglar el mundo con el cantábrico a vuestros pies.

Y para terminar, os dejamos un aperitivo visual para que os hagáis una idea de lo que encontraréis si os animáis a visitar nuestro queridísimo pueblo.